martes, 29 de abril de 2008

LUCAS

Has cumplido veinte años
y aún te veo
correteando en el patio:
remolino de luz, sudor y tierra,
caudal de travesuras y ocurrencias.
Mi principito de oro.

Fontana permanente de energía
con tus rulos al viento.
Risa de cascabeles y de hoyuelos.
Tan dueño de ti mismo,
tan osado,
tan pájaro en el viento.

Yo te pido, hijo mío
que conserves en tu alma para siempre
ese pájaro niño.

Sé fiel guardián de ese tesoro,
deja su jaula siempre abierta:
que despliegue sus alas,
que suelte su alegría,
que se eleve bien alto…
que regrese,
porque sin su alboroto
no se despierta el día.

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