domingo, 5 de septiembre de 2010

VIDA...MUERTE...VIDA


Hoy después de un silencio
oscuro y prolongado
me he vuelto a descubrir frente al teclado
como si en un momento inadvertido
hubiéseme encontrado de repente.
Y de nuevo fui yo.
La dueña de mis sueños y mis alas,
ávida de silencios taciturnos
y noches desveladas.
Luego de un intervalo de dolores,
de lágrimas, adioses y de lutos
descubrí que la vida llega y pasa,
saluda, te hace un guiño,
y que entre ella y la muerte
dista menos que el tiempo que transcurre
entre dos parpadeos.
Pero. ¿Existe la muerte?
Creo que amamos demasiado
a los cuerpos de polvo,
efímeras estatuas.
Fue cuando sin pensarlo supe
que más que cuerpos transitorios
somos almas.
¡Y podemos volar!
Morir, vivir, eso ¿qué importa?
Pecar, mentir, llorar,
morirnos de la risa…
Son cosas terrenales.
Pero hay un más allá donde las almas
se encuentran y se estrechan para siempre
sin dolor ni rencores,
sin prejuicios, adioses ni reproches
completamente libres.
Libres de carne, libres de armazones
libres de ligaduras y de odios.
Cada muerto está aquí:
los que siempre me amaron,
y los que me ignoraron,
los que amé, los que extraño,
y aquellos que pasaron a mi lado
de modo inadvertido.
No hay ni aquí ni más lejos,
es apenas la vida,
es apenas la muerte…
apenas un camino…¡pobre atajo!

Nancy Mansur