Hoy al fondo del aula
está el ángel ausente.
Apenas si se nota su presencia
pero yo la percibo.
Al abrir el registro de asistencia
hay una línea roja
trazada junto al nombre.
Tan fácil de quebrar, tan delgadita,
tan terminante y acabada,
tan sublime y cortita.
Allí está mi mirada
ante el silencio absorto de la hoja.
Y la recta cortada
con su punto final.
En el banco vacío
junto al pupitre blanco y desolado
el ángel se ha quedado.
Abraza su muñeca
y, silente, la peina.
Entró por la ventana
con el aliento de la brisa fresca
y sin mover las hojas, de puntillas,
transparente y brillante
yace posado allí.
Y se queda como antes,
tan calladita y frágil,
tan quedita, tan dueña de su pena,
que apenas te das cuenta
si vino o si no está.
Para Pamela, que fue mi alumna y que siendo tan chiquita partió hacia el mundo de los ángeles.
2 comentarios:
Que bella habra sido.. calladita y tierna, que bien que se ve en el aula, que cerca me la has traido, que fuerte. el angel ausente, .. es realmente bueno.. lo sabes? llega a lo profundo de los sentimientos. ya antes lo habia leido pero no se porque hoy fue distinto.. las palabras la han dibujado en mis ojos.
te quiero mucho.
Les cuento que con esta poesía obtuve dos premios el año pasado. Este año la publicó la U.E.P.C. en su Primera Antología de Docentes Escritores Cordobeses.
Me llenó de emoción, aunque siempre que la leo recuerdo a aquella niña calladita que pasó por mi aula y por mi vida.
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