CREDO
Creo en el sol con su nacimiento repetido y sé que como
él siempre puedo volver a empezar.
Creo en la flor y en su confianza indeclinable al dar su
vida por el fruto que nunca ha de conocer, y como ella confío, porque elijo el
riesgo de ser auténtica y vulnerable a saberme acorazada y segura.
Creo que si se quiebra la confianza, como un cristal roto
no volverá jamás a ser lo que fue.
Creo en el ave que vive en libertad, no siembra ni ahorra, el poseer no me hace mejor
persona.
Creo en mi fuerza y valor para enfrentar y resolver dificultades, porque huyendo de ellas, por lejos que vaya me perseguirán
hasta alcanzarme.
Creo en mi entereza a la hora de decir la verdad, porque se puede engañar a algunos por algún tiempo pero no a
todos todo el tiempo, y aún así jamás podré engañarme a mí misma.
Creo en mi conciencia, ojo que me mira y me sostiene
cuando parece que caeré de la cornisa que separa lo correcto de lo incorrecto.
Creo en el amor que da y no espera nada, en el amor que
mientras más regala más tiene, en el amor que no separa el tiempo
ni la distancia ni la muerte.
Creo en la honestidad, en la humildad y en la belleza
interior, más allá de las fachadas.
Creo que merezco ser feliz, por eso hago de ello mi
estilo de vida aunque no a todos les agrade.
Creo que soy una partícula del Universo y de Dios y como
tal me respeto y me amo.
DECRETO
No he de sentirme derrotada aunque cometa errores.
No he de mentir, aunque me ocasione pérdidas.
No he de fingir ser la que no soy.
No correré tras fortunas
a las que inexorablemente deberé renunciar un día.
No valoraré a los seres por su poder, su riqueza o sus
éxitos terrenales.
No negaré mi ayuda a quien la necesita.
No me creeré más ni menos, mejor ni peor que nadie.
No he de alegrarme con el fracaso de otro, aunque fuera mi enemigo.
No me las sé todas.
No hablaré cuando no tenga algo bueno que decir, pero no
diré algo que esté en contra de mis principios.
No pondré la otra
mejilla.